¿Cómo armar una biblioteca de clásicos?

¿Qué libros y autores debe conocer todo estudiante universitario? ¿Qué criterios utilizar a la hora de elegir una buena lectura? Un grupo de especialistas elaboró un pequeño catálogo de consejos y obras para quienes quieran sumergirse en el placer de la literatura.

Leer. Leer. Leer. Pareciera casi un imperativo. Y, a su vez, se escuchan voces apocalípticas sobre el gusto de los jóvenes por la lectura. Que ya no se lee como antes, que vivimos en la cultura de la imagen y demás lugares comunes. Si bien no es cuestión de abandonarse a verdades de dudosa condición, esas afirmaciones no distan demasiado de la realidad.

Los estudiantes pueden defenderse mostrando el volumen de apuntes, libros y fotocopias leídos por cada materia de sus respectivas carreras. Es cierto, se leen libros útiles, ensayos, obras técnicas, libros de historia. Ahora bien, ¿qué hay del gusto por la lectura? Por la lectura placentera, la que se disfruta, la que atrapa con una historia, la que deja la sensación de haber vivido otras vidas.

"No hay un buen universitario sin una buena biblioteca de literatura detrás" , afirma el Dr. Alberto Petracca, Secretario Académico de la Universidad Nacional de Rosario (UNR). Y continúa, "la novela cuenta con una libertad que la ciencia no posee: no debe seguir un método. Eso le da la posibilidad de describir ciertas realidades que el método científico no puede".


Pret a disfrutar
El desconocimiento es el arma más eficaz para desalentar el interés por la lectura. Un primer entusiasmo puede desvanecerse si no se encuentran o no se conocen libros que valgan la pena. ¿Cómo orientarse? ¿Qué criterios utilizar a la hora de adquirir un volumen? ¿Existe la buena o mala literatura?

Daniel Pennac, escritor francés, afirma en su libro "Como una novela" que "existe una literatura industrial que se contenta con reproducir hasta la saciedad los mismos tipos de relatos, despacha estereotipos a granel, comercia con buenos sentimientos y sensaciones fuertes, se lanza sobre todos los pretextos ofrecidos por la actualidad para parir una ficción de circunstancias, se entrega a estudios de mercado para vender". Estas novelas, continúa, "no dependen de la creación sino de la producción de formas preestablecidas (...) En suma, una literatura del pret a disfrutar, hecha en moldes".

Decía Séneca que no es preciso tener muchos libros, sino que los que se posean sean buenos. Por eso, junto a la capacidad de lectura, es preciso desarrollar la capacidad del discernimiento. Dado que el hombre no es inmortal -no puede recorrer todos los caminos- y su tiempo es limitado, conviene afinar la puntería al elegir los libros en los que se invertirá el valioso tiempo de la vida.


Catálogo de consejos literarios
¿Qué libros valiosos, entonces, debe haber leído un universitario? ¿Con qué criterios elegirlos? La experiencia de buscar un ejemplar que valga la pena en una librería con estanterías llenas puede resultar angustiante y desoladora. Frente a la cantidad de páginas y páginas escritas no hay una jerarquía visible, salvo las publicaciones más vendidas que no siempre son garantía de calidad.

"Quizás un criterio interesante sea la posibilidad de unir la literatura vinculada con la formación profesional y la literatura en general. Encontrar aquella en la que ambos mundos puedan coincidir. Por ejemplo, "La Educación Sentimental" de Flaubert es un valioso reflejo del inicio del capitalismo que sirve para entender el mundo de hoy", sostiene el Dr. Alberto Pettraca, Secretario Académico de la Universidad Nacional de Rosario (UNR). "Hay que encontrar libros para uno mismo. No es posible realizar un listado, salvo que queramos recorrer el registro de las grandes obras de la literatura", sostiene María del Carmen Grillo, licenciada en letras y profesora de la Facultad de Comunicación de la Universidad Austral.

El canon de literatura puede resultar de una gran ayuda a la hora de orientarse dentro del mundo de las letras. "Se deben seguir a los clásicos, son prioritarios", continúa Petracca. Y no sólo por su denominación como clásicos, sino porque es el tiempo lo que les da autoridad. Dicen que "no hay mejor crítico que el tamiz del tiempo" .

Quizás sea por eso que los especialistas recomiendan huir de los best-sellers. "No me guiaría por los libros más leídos, mejor evitarlos. Ahora, es distinto en el caso de que el autor del best-seller sea un escritor ya reconocido", indica la Dra. Estela Zalba de Aguirre, Secretaria Académica de la Universidad Nacional de Cuyo (UNCu). Petracca hace referencia al tiempo, "no quiero ser de los que creen que lo masivo es malo, pero prefiero evitarlo. En mi caso, dejo que sedimente, que sea el tiempo quien muestre si eran realmente buenos".

¿Qué hay de los gustos personales? No conviene perderse en laberintos de libros en los que las palabras caen como muertas, en los que las páginas generan tanto interés como las de la guía telefónica. "Considero fundamental el diálogo con alguien que aconseje y recomiende. La lectura es un acto absolutamente personal para identificarse con personajes y situaciones, pensar, experimentar sensaciones y vivir vidas de otros que nos arranquen de nosotros mismos. A través del diálogo se puede, entonces, encontrar el libro apropiado para las apetencias de cada uno y no caer en la frustración de algo que se siente ajeno", afirma la Dra. Sofía Carrizo Rueda, Directora de la Carrera de Letras de la Universidad Católica Argentina (UCA).

Quienes entienden de semiótica, saben que contenido y forma constituyen dos elementos tan íntimamente relacionados que la obra de arte se produce gracias a su conjunción. Y en el caso de la literatura, si bien el contenido puede leerse en cualquier formato, la lectura será mucho más placentera cuando se trate de una buena edición. "Es mejor no comprar un libro de esos que se deshojan a cada vuelta de página o que venden los kioscos de diarios y revistas. Hay que buscar ediciones anotadas, críticas, más que nada para los clásicos que están culturalmente más distantes de nosotros", sostiene Grillo.


Breve biblioteca esencial
¿Y cuáles serían algunas de esas obras y autores que forman parte del canon de clásicos y que no pueden faltar en la biblioteca de un universitario? "Los clásicos para leer y releer, porque con el tiempo se van descubriendo nuevos sentidos, son, por ejemplo, La Odisea, Los Salmos, el Quijote, Madame Bovary, Los Miserables, Crimen y castigo, Orlando, Adán Buenosayres, Sobre héroes y tumbas, El Coronel no tiene quien le escriba, La insoportable levedad del ser. Las poesías de San Juan de la Cruz, de Antonio Machado, de García Lorca, de Oliverio Girondo, de Borges. Los cuentos de Cortázar, de Mujica Laínez y de Borges. Recomiendo las novelas de Luis Landero, un autor actual español, que creo será la cabeza de su generación cuando haya pasado lo que sólo es moda", enumera la Directora de Letras de la UCA.

Alberto Petracca señala como fuente de literatura de calidad a la corriente francesa del siglo XIX: Flaubert, Balzac, Montpassant, Zola. Destaca a La Divina Comedia como obra imprescindible y menciona los libros de Thomas Mann como La montaña mágica y Los Budenbrock. En cuanto a los contemporáneos recomienda a Milan Kundera y a Paul Auster.

"En el registro de clásicos nunca faltan los griegos (Odisea, Edipo Rey, Antígona), los latinos (Eneida), los españoles (Cervantes, García Lorca, Miguel Hernández), los rusos (Chejov, Tolstoi, Dotoievsky), los franceses (Flaubert, Balzac), los ingleses (Shakespeare, Dickens), los norteamericanos (Faulkner, Hemingway). De la literatura argentina, la gauchesca (Martín Fierro), Borges, Cortázar; y de la hispanoamericana, Juan Rulfo, Pablo Neruda, García Márquez", detalla Grillo.

Estela Zalba realiza un breve repaso de escritores contemporáneos como Umberto Eco, José Saramago, Beatriz Sarlo, Osvaldo Soriano y Marguerite Yourcenar. A su vez, menciona a la generación de mujeres escritoras hispanoamericanas como Marcela Serrano, Isabel Allende, Ángeles Mastretta y Rosa Montero.


Guía para los contemporáneos
Ahora bien, una vez repasado el canon de clásicos, ¿cómo sumergirse sin temor a naufragar en el mar de la literatura contemporánea? ¿Cómo reconocer un buen libro cuando todavía el tiempo no dictó su sentencia? "Para las nuevas lecturas, siempre me guié por comentarios de buenos lectores, o de maestros cuyas recomendaciones valoro. Además, cuando un escritor me gusta, trato de seguirle el rastro", confiesa Grillo. "El camino se hace al andar. El universitario debe ser curioso y saltar de autor en autor", agrega Petracca.

Una opción interesante es dejarse guiar por los suplementos culturales que ofrecen análisis y entrevistas que enriquecen el conocimiento sobre nuevas lecturas. "Antes de adquirir un libro conviene hacer un pequeño trabajo de investigación que amplíe los datos del autor. Esa información pueden encontrarse en las secciones culturales de los diarios de mayor circulación", recomienda Zalba. "A veces, las reseñas de los suplementos culturales, más allá de las reglas del mercado, orientan sobre qué leer y también, especialmente, sobre lo que conviene evitar" , señala Grillo.

Ahora bien, ¿qué aporte realiza la lectura a la vida de las personas? ¿Por qué esmerarse en encontrar páginas que valgan la pena? Claudio Magris, escritor y pensador italiano, en ocasión de la muerte de Borges, escribe "toda la obra de Borges está impregnada por la melancólica conciencia de que la literatura no puede salvar la vida". Y es cierto, quizás la literatura no salva la vida, pero la puebla de sentidos, de nuevas miradas, de reflexiones que, en última instancia, enriquecen el relato de la propia existencia. Y, quizás, ese sea su gran aporte.
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